Como vimos en el tema anterior, el diablo era un querubín
protector. Protegía la ley divina que está dentro del arca del pacto en el
templo de Dios en el cielo, siendo esta el fundamento del gobierno divino (su
constitución) – Ap. 11:19
“Fieles son todos sus mandamientos, afirmados eternamente y
para siempre”– Salmos 111:7-8
Pero desafortunadamente Lucifer traicionó y quebró
justamente lo que tenía que proteger. La santa ley de Dios. 1/3 de los ángeles
se unieron a su rebelión y pecaron, desobedeciendo también a su Creador.
¡Tenemos que ver el conflicto en su gran contexto general
para poder entenderlo bien!
El príncipe de Tiro es un símbolo del diablo. Su corazón se
enalteció y dijo: “Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado… (siendo
tu hombre y no Dios) y has puesto tu corazón como corazón de Dios.” – Ez. 28:2
El diablo proclamó y ofreció la falsa libertad que él estaba
experimentando a las criaturas inteligentes diciendo: “Seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal.” Gén. 3:5. Cada uno comenzó a redefinir para si
mismo lo que está bien y lo que está mal, haciéndose pequeños dioses,
estableciendo de esta manera sus propias leyes y sentándose en sus propios
tronos. Vea Isaías 5:20, 21. En contexto de la falsa libertad Dios dice: “¿Por
qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?” Jer. 2:31b.
Aquí vemos la falsa libertad (libres de Dios, de su ley y de su Palabra).
Angeles caídosLos ángeles pecaron ya en el cielo y están
reservados para el juicio – 2 Pedro 2:4
Los ángeles no guardaron su dignidad durante la rebelión en
el cielo sino abandonaron su morada y están reservados para el juicio del gran
día – Judas 6
Recordemos que pecado es = transgresión de la ley – 1 Juan
3:4
El diablo intentó un “golpe de estado” del gobierno de Dios
en el cielo. Hizo algo parecido a una campaña política en el universo habitado
de criaturas inteligentes. La Biblia revela que hay muchos mundos habitados.
Dios habla en plural de los cielos y los que habitan en ellos. – Ap.12:10, 12.
Con seguridad había un “árbol de la vida” y un “árbol de la
ciencia del bien y del mal” en cada planeta habitado del universo. Dios dio a
todos los habitantes del universo la posibilidad de elegir a favor o en contra
de la rebelión y tomar su posición.
Jesús y el diabloEntonces ¿Por qué el diablo tuvo que ser
arrojado justamente a este mundo? Adán y Eva representaban la especia humana.
Al comer ambos del fruto prohibido cayó la humanidad entera (100%) en
desobediencia, uniéndose a la rebelión de Lucifer. Ap. 12:9.
El diablo llegó a ser el “príncipe de este mundo”. El “dios
de este mundo”. Juan 12:31; 2 Cor. 4:4. El reclama los reinos y la gloria de
ellos para sí mismo, como vemos durante la tercera tentación de Jesús en el
desierto. Mateo 4:8, 9.
¿Por qué la prueba era el fruto de un árbol? De paso sea
dicho que no fue una manzana. La Palabra de Dios no nos revela que fruto era.
El problema no era en si el hecho de tomar y comer el fruto. Esa actitud tan
solo demostró externa- y visiblemente la decisión interior (del corazón y de la
mente).
Dios es amor. Su principio básico es la libertad. El dio a
cada una de sus criaturas inteligentes la facultad de escoger su posición. Dios
no fuerza ni obliga a nadie. El no se impone como un dictador o un tirano. Dios
dice: “El que quiere…”. Ap. 22:17. “Si quisiereis y oyereis…”. Isaías 1:16-20.
“Escogeos hoy a quién sirváis…; pero yo y mi casa serviremos al Señor”. Josué
24:15.
La salvación es condicional. Tenemos el libre albedrío, la
facultad de decisión. Cada ser humano tiene que escoger entre dos caminos.
Obediencia y desobediencia. Pero Dios muestra las consecuencias de ambos
caminos claramente y recomiendo que escojamos el camino de la obediencia. Vea
también Deut. 28:1, 15.
La ley de Dios
El gran pecador
¿Qué mandamientos quebrantaron Satanás y sus ángeles en el
cielo?
En Éxodo 20:3-17 encontramos los 10 mandamientos que Dios
dio al hombre.
Primero, siguieron a Lucifer, decidiéndose en contra de Dios
(Judas 6). Al hacerlo, infringieron el primer mandamiento porque pusieron a
otro dios delante del Dios verdadero. De esta manera quebraron también el
segundo mandamiento al inclinarse ante Lucifer y al honrarle, siguiéndole en su
rebelión (Ap. 12:7). También transgredieron el quinto mandamiento, puesto que
su Creador era a la vez su único Padre. Al cuestionar a Dios y su autoridad
divina declarándolo injusto quebraron también el tercer mandamiento. Jesús
describió a Satanás, el diablo, como “homicida desde el principio”, además de
“mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44), o sea trasgresor del sexto y del
noveno mandamiento. Satanás y sus ángeles trataron de apoderarse del propio
trono del Dios Altísimo (Isaías 14:13-14), esto es codiciar y robar, y por lo
tanto, infringieron el octavo y el décimo mandamiento.
La razón por la cual no infringieron el séptimo mandamiento
adulterando a todo dar es porque en el cielo, antes de la creación del ser
humano, no había diferentes sexos y no existía la sagrada institución del
matrimonio. Los ángeles no tienen la facultad de reproducción como los humanos.
Jesús dice acerca de este tema en relación al cielo y a los
ángeles: “Porque el la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento,
sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” Mat. 22:30
Y la única razón por la cual no quebraron el cuarto
mandamiento transgrediendo el santo sábado es porque el sábado aún no fue
creado. En el cielo, antes de la creación de la tierra, no se guardó todavía el
santo sábado pues este fue instituido para la especie humana que Dios hizo
después de los seis días creativos, durante el séptimo día del ritmo semanal.
Es por eso que dijo Jesús: “El sábado fue hecho por causa
del hombre…”. Mar. 2:27
Con toda seguridad había tiempos definidos de adoración en
el cielo para los ángeles antes de la creación de la tierra pues la ley es
eterna, pero el descanso semanal sabático está ligado a los seres humanos y al
ritmo semanal de nuestro planeta. Gén. 2:1-3.
Desde que la especie humana cayó en desobediencia contra la
Palabra de Dios, el diablo la ha incitado a quebrar en especial estos dos
mandamientos especiales que él no pudo quebrar en el cielo. El diablo odia
sobre todo estas dos instituciones santas y divinas que Dios dio
particularmente al ser humano, el matrimonio (en el sexto día creativo) y el
sábado (en el séptimo día de la creación). El diablo y sus demonios tratan de
destruir estas dos instituciones divinas a toda costa teniendo lamentablemente
mucho éxito a nivel mundial. Ellos no aguantan ver parejas “edénicas”
obedientes a la Palabra de Dios con matrimonios felices que guardan el sábado.
El matrimonio es la perfecta y santa unión entre el hombre y
la mujer y el sábado es la perfecta y santa unión entre el ser humano y su
Creador. El diablo odia las relaciones santas y funcionales y desea desintegrarlas.
La lucha espiritual
Los ángeles caídos son ahora conocidos como los demonios,
los espíritus inmundos o las huestes espirituales de maldad. Ef. 6:12; Ef. 2:1,
2.
La Biblia nos muestra varios relatos de personas
endemoniadas (poseídas) que fueron liberadas por Jesucristo. Los demonios
reconocieron a Jesús, se postraron y arrodillaron ante él diciendo: “Qué tienes
con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de
tiempo?” Mateo 8:28-29; Marcos 5:5, 6; Lucas 8:28.
El sembrador de duda
El diablo sembró duda en los corazones de los ángeles y
luego de los humanos al difundir sus teorías, hipótesis, filosofías y
razonamientos, etc. Además cubre su verdadera identidad para engañar a los
humanos. Nunca aparece tal como es. Recuerde la serpiente antigua en el árbol.
Gén. 3:1; 2. Cor. 11:13, 14.
Ejemplo: Eva “¿Conque Dios os ha dicho…?” Gén. 3:1.
2/3 de los ángeles se quedaron con Dios y no se unieron a la
rebelión. Ap. 12:3, 4, 9. Pero todavía se mantuvieron dudas en ellos. ¿Será que
Dios es justo? ¿Será que su ley es realmente lo mejor para nosotros – santa,
justa y buena como dice el Señor? Rom. 7:12. ¿Y si Lucifer tenía razón? ¿Es
Dios realmente amor? ¿Cómo trata a sus criaturas y a los pecadores? Etc.
¡Dios permite el desarrollo y la maduración del mal una vez
en la historia infinita del universo para aclarar las dudas y que todos
entiendan las consecuencias del mal!
Ilustración: Una pareja tiene un jardín precioso
Un día
surge una planta extraña. El hombre dice que debe ser una planta maligna que
destruirá a todo el jardín y que hay que arrancarla. Pero la mujer dice que
debe ser una planta maravillosa que embellecerá a todo el jardín. Pero el
hombre la arranca y elimina. Siempre quedará la duda. ¿Quién tenía razón? Nadie
nunca lo sabrá. La mujer siempre dirá: “Estoy segura que hubiese sido una
maravillosa planta.” Y el hombre siempre dirá: “No, estoy seguro que hubiese
arruinado todo el jardín.”
Es por eso que Dios permite el desarrollo y la maduración
del mal una vez en la historia infinita del universo. Para aclarar todo. Para
que nunca más vuelva a brotar el mal en la historia del universo. Dios no
dejará ni rama ni raíz de la maldad. Malaquías 4:1. El mismo diablo (la raíz
del pecado y de la rebelión) dejará de ser. Ez.28:19.
Jesús dice que por sus frutos reconoceremos el árbol si es
bueno o malo. Mateo 7:15-20. Dios tuvo que permitir que crezca y se madure el
fruto del mal para despejar las dudas. Además dijo: “No os engañéis; Dios no
puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
Gál. 6:7, 8.
La duda se despejó a medida que los ángeles santos
contemplaron los frutos y el desarrollo del mal. Cuando vieron la cruel muerte
del hijo de Dios ya casi no quedaba ninguna duda. Y al final de la historia de
este mundo durante los juicios finales de Dios los ángeles celestiales
declararán desde el cielo unánimemente la justicia de Dios desde el altar
celestial. Ya no quedará duda alguna. Ap. 16:5, 7.
La primera profecía bíblica
La primera profecía bíblica encontramos en Gén. 3:15
justamente después de la caída de Adán y Eva en pecado al desobedecer a Dios y
unirse a la rebelión. Dios explica que habrá dos descendencias (simbólicas y
espirituales) en este mundo. La de la mujer (los hijos de Dios) y la de la
serpiente (los hijos del diablo).
La primera profecía dice además que la descendencia de la
mujer aplastará la cabeza de la serpiente pero ésta le herirá en el calcañar.
El descendiente que vendrá y aplastará la cabeza de la serpiente es el Mesías;
Jesucristo. Hebreos 2:14. Pero los fieles de la descendencia también tendrán su
parte en esto. Romanos 16:20; Luc. 10:19.
En la cruz, el calcañar de Cristo fue herido simbólicamente.
No fue un daño mayor pues Jesús resucitó de entre los muertos. Pero esta
victoria de Cristo sobre el pecado, el tentador y el mundo aplastó
simbólicamente la cabeza de la serpiente. Hebreos 2:14. En el futuro cuando el
diablo (la raíz) sea eliminado se completará esta obra del aplastamiento de la
cabeza de la serpiente. De paso sea dicho que después de la ascensión de
Cristo, los obedientes hijos de Dios serán parte del aplastamiento del enemigo
bajo sus pies. En la cruz el diablo recibió simbólicamente la herida de muerte.
El perdió. Su tiempo se acaba. Simbólicamente ya fue aplastada su cabeza.
La historia de Caín y Abel
Los primeros representantes de las dos descendencias. Ambos
levantaron un altar a Dios para adorarlo. Ambos pusieron algo encima. Abel
trajo una oveja según lo instituido por Dios para el perdón de sus pecados.
Pero Caín lo hizo a su manera y ofreció frutas y verduras que no son el símbolo
del sacrificio de Cristo por el pecador pues esas plantas no sufren, no dan su
vida y no mueren. Caín tuvo un gran problema en su interior. Eso ya vemos en el
hecho que después mató a su hermano. Gén. 4:1-8.
La Biblia enseña que Caín no tuvo fe en la promesa (la
profecía) del salvador prometido (representado por un cordero). ¡Abel si tuvo
esa fe!
Fe = La certeza de lo que espera (las profecías) y la
convicción de lo que no se ve – Hebreos 11:1, 4.
Caín llegó a ser el primer asesino en la historia humana. Su
hermano llegó a ser el primer mártir. Jesús dijo acerca del diablo (padre
espiritual de los desobedientes) “El ha sido homicida desde el principio”. Juan
8:44. Adán y Eva vieron en sus hijos con mucho dolor las terribles
consecuencias del conocimiento del mal. Caín y Abel son los primeros dos
representantes de estas descendencias espirituales. Caín es el primero en
ponerse en la descendencia espiritual de la serpiente (siendo su padre
espiritual el diablo). 1 Juan 3:10, 12. Judas 11-13 habla de los malos y
desobedientes que son como estrellas errantes diciendo: “!Ay de ellos! Porque
han seguido el camino de Caín…”. Abel es el primero en ponerse en la
descendencia espiritual de la mujer (siendo su padre espiritual Dios).
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