Una cosa es estar perdido haciendo cosas malas, pero otra cosa es estar perdido y haciendo cosas buenas, y aún creyendo que agrado a Dios.
Jesus contó una parábola del publicano y el fariseo (Lucas 18:9-14), el fariseo creía que por lo bueno que era, era merecedor del cielo. Si notan este individuo estaba auto engañado. En otras palabras era miembro de la iglesia y estaba perdido. Aún sin darse cuenta. También tenemos el caso del joven rico (Lucas 18:18-24), él creía que por ser obediente superficial a la ley, era merecedor del cielo, la ley se pude obedecer en un sentido legalista o por amor. Este joven no tenía amor al prójimo, ese amor que solo en Cristo se consigue. El joven rico representa también aquellos Cristianos que piensan que por lo bueno que son deben ser aceptados en cielo.
Este tipo de Cristianos también está representado por la parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10), si notan la moneda es un objeto inanimado que no tiene uso de razón, esto representa un tipo de Cristianos que no se dan cuenta que están perdidos dentro de la iglesia, son Cristianos que ellos mismos están auto engañados de su buena profesión. Por otro lado la oveja perdida es un animal que sabe que está perdida, el problema es que no sabe el camino para llegar de vuelta al redil.
“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.” Apocalipsis 3:1-2 RVR1960
La Biblia enseña que la única forma de ser aceptado en el cielo, es a través de la sangre redentora de Cristo, sin una entrega total a Jesus el ser humano está perdido, aún siendo parte de la iglesia, una cosa es estar en la iglesia y otra cosa es ser de la iglesia.
“La salvación no está en el bautismo, no se recibe con tener los nombres inscriptos en los libros de la iglesia, no se obtiene predicando la verdad. La salvación se consigue mediante una unión vivificante con Cristo que renueva el corazón, y al hacer las obras de Cristo con fe y al trabajar con amor, paciencia, humildad y esperanza. Cada alma unida con Cristo será un misionero viviente para todos los que la rodean.—Carta 55, 1886. – {Ev 234.4}
“Las personas pueden tener sus nombres registrados en los libros de la iglesia; pero eso no los hace ser hijos de luz. Pueden disfrutar de posiciones honorables y recibir la alabanza de los hombres; pero eso no los transforma en hijos de luz… Debe haber una profunda obra de la gracia, el amor de Dios en el corazón, y este amor se expresa mediante la obediencia”. – catedral {Exaltad a Jesus 260.3}De Rafael Díaz
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