El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, y este año 2017 el tema es la depresión, una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Por eso, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha puesto en marcha una campaña, que durará todo el año, titulada “Hablemos de la depresión”, cuyo objetivo es ayudar a las personas con depresión, o a quienes conocen a alguien que la padece. La Iglesia Adventista del 7º Día, muy involucrada con temas sociales y de salud, se ha volcado para apoyar esta iniciativa. Es por eso que ha creado un material, que en el caso de España ya se ha recibido de la División Inter-europea y ya está siendo gestionado por el Departamento de Salud en colaboración con el de Comunicaciones, para que todos los miembros de sus iglesias puedan colaborar haciéndolo llegar al mayor número de personas posible.
El Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril de cada año para conmemorar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud, ofrece una oportunidad única para movilizar la acción en torno a un tema de salud específico que preocupa a las personas de todo el mundo: la depresión.
Y es que la depresión afecta a personas de todas las edades, condiciones sociales, y de todos los países. Esta enfermedad provoca angustia mental y afecta a la capacidad de las personas para llevar a cabo una vida normal, incluso las tareas cotidianas más simples dejan de serlo, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con la familia y los amigos, y sobre la capacidad de ganarse la vida. En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
No obstante, la depresión se puede prevenir y tratar. Una mejor comprensión de qué es la depresión, y de cómo puede prevenirse y tratarse, contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad y conllevará un aumento del número de personas que piden ayuda.
¿Qué es la depresión? La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.
El eje de la campaña de la OMS, a la que se suma la Iglesia Adventista, es la importancia de hablar de la depresión como de un componente imprescindible para la curación. La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda, y si no la piden no pueden ser diagnosticadas, tratadas ni curadas. De ahí que el lema sea “Hablemos de la depresión”. Ya que hablar de la depresión, bien con un familiar, amigo o profesional médico; bien en contextos más amplios, como la escuela, el lugar de trabajo y los entornos sociales; o en el ámbito público de los medios de comunicación, blogs o redes sociales, ayuda a eliminar esta estigmatización, lo que en definitiva conllevará un aumento de las personas que piden ayuda.
Dado que la depresión puede afectar a cualquier persona, y en cualquier momento de su vida, esta campaña va dirigida a todas las personas, independientemente de su edad, sexo o condición social. Sin embargo, desde la OMS se prestará especial atención a tres grupos de riesgo afectados de manera desproporcionada: los jóvenes de 15 a 24 años, las mujeres en edad de procrear (especialmente tras el nacimiento de un hijo) y las personas de edad avanzada (más de 60 años).
La Iglesia Adventista del 7º Día se suma a esta iniciativa de la OMS para lograr: 1) que la sociedad, en general, esté mejor informada sobre la depresión, sus causas y sus posibles consecuencias, incluido el suicidio, así como sobre la ayuda disponible para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad; 2) propiciar que las personas con depresión sin tratar pidan ayuda; y 3) que los familiares y amigos de las personas con depresión tengan las herramientas adecuadas para poder apoyarlas y ayudarlas a encontrar la salida.
Banners y cartel AQUÍ.
María Somolinos, Directora del Ministerio de la Salud de la UAE
Imágenes: Iglesia Adventista del 7º Día.
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