Lima, Perú… [ASN] Seis mil quinientos lugares se establecieron en el centro, oriente y sur del Perú (Unión Peruana del Sur) para estudiar la Biblia en Semana Santa, del 19 al 26 de marzo.
Además de las casas o templos, losas deportivas y parques, algunos cerraron sus negocios como bodegas y restaurantes para dedicar una hora diaria al estudio de la Biblia y recordar el amor de Cristo expresado en la cruz. En cada lugar de reunión, o también llamado centro de predicación, fue colocada una bandera blanca para distinguirlo de las otras casas o negocios. Una forma de invitar a los transeúntes a unirse al programa.
“Cristo tuvo compasión por la humanidad. Por eso, él murió por todos nosotros para ser salvos y para que podamos entrar en el cielo”, dijo el pastor Edwin Regalado, líder de evangelismo para la Unión Peruana del Sur. “Su mirada desde la cruz infundía esperanza para la humanidad”, agregó.
Los centros de predicación culminaron con una ceremonia bautismal de 3 390 personas que se entregaron a Dios por completo. “Es una experiencia maravillosa. Hemos decidido seguir a Jesús y él será nuestro guía”, sostuvo Lilia Muñoz al ser bautizada junto a su esposo en la iglesia adventista. “Estoy por mis familiares y las personas que aún no conocen a Dios y no saben lo maravilloso que es andar con Jesús”, añadió.
Otras personas que también participaron de esta experiencia, comentaron que su entrega total a Cristo se realizó en respuesta a su muerte compasiva en la cruz.
Un compromiso con la obra misionera
La Semana Santa denominada Compasión también fue sinónimo de compromiso para compartir el amor de Dios con otras personas. Tal es el caso de Jenny Tito, joven misionera, que dedica su tiempo a ofrecer estudios bíblicos en los distritos del sur de Lima. Para esta semana especial decidió apoyar a un grupo de estudiantes de la Biblia. “Fue una experiencia maravillosa porque ellos, aún sin estar bautizados, apoyaban en todas las comisiones de la iglesia. Y yo estuve a cargo de las predicaciones de cada noche”, expresó Jenny, luego de que tres de sus estudiantes entregaran su vida a Cristo.
Jenny contagió ese espíritu de servicio y pasión por compartir a Jesús en los jóvenes. Fueron ellos mismos quienes salían a buscar a más personas para seguir estudiando. “Dios ha tocado el corazón de los estudiantes de la Biblia. Me siento feliz porque sé que el Señor viene muy pronto”, puntualizó.
Así, la Semana Santa se convirtió en una oportunidad para servir, extender las manos con compasión, predicar y aceptar el perdón de Dios. [Equipo ASN, Rosmery Sánchez]
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