Durante el primer año del gobierno del rey Belsasar de
Babilonia, Daniel recibió de parte de Dios un sueño profético. Daniel relató:
“Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo
combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la
otra, subían del mar.” Dan. 7:1-3. En esta introducción se nos presentan tres
símbolos proféticos que analizaremos a continuación para poner un firme
fundamento a la comprensión de esta profecía.
Los 4 vientos del cielo
El versículo dice que estos 4 vientos combatían en el gran
mar. Se trata de vientos bélicos de guerra y destrucción. Otra profecía
presenta a los medos como un viento destruidor levantado por Dios contra
Babilonia. Jer. 51:1, 11. También el Apocalipsis nos presenta a los vientos de
destrucción que Dios en su misericordia retiene por cierto tiempo. Ap. 7:1-3.
Estos 4 vientos son 4 combates (guerras).
El gran mar
El mar y las muchas aguas son un símbolo bíblico de:
“pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”. Ap. 17:15. A veces usamos la
expresión “Un mar de gente”. El profeta Isaías lo describe de la siguiente
manera: “¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del
mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas.
Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas.” Is. 17:12, 13.
Las 4 bestias grandes
El ángel explica a Daniel: “Estas cuatro grandes bestias son
cuatro reyes que se levantarán de la tierra”. Dan. 7:16, 17. Un rey representa
a su reino o imperio. Es por eso que estos cuatro reyes representan sus
respectivos reinos, tal como lo explica el ángel en el versículo 23, diciendo:
“La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra”. Dan. 7:23.
Estas cuatro bestias son salvajes y carnívoras. Así son
estos cuatro reinos o imperios. Las dictaduras a veces se confunden con los
dictadores. Luis XIV dijo: “!El estado soy yo!”
Resumiendo podemos decir acerca de esta introducción: Habrá
cuatro combates entre los pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Como
consecuencia de estas guerras, surgirán cuatro diferentes reinos crueles de
entre estos pueblos.
1) La primera bestia – El león con alas de águila –
BABILONIA (605 a.C. – 539 a.C.)
El león con alas de águila“La primera era como león, y tenía
alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue
levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le
fue dado corazón de hombre.” Dan. 7:4.
El león es “el rey de los animales”. De la misma manera el
águila es “el rey entre los aves”. Dios escoge estos símbolos para describirnos
la majestuosidad de este primer reino o imperio.
La Biblia identifica a Babilonia como león y águila. Vea
Jer. 4:7; 50:17, 43, 44 y Habacuc 1:6-8. ¡Pues Babilonia fue el más majestuoso
de entre estos cuatro reinos! Además encabeza la secuencia de estas cuatro
“bestias” pues fue el primer reino establecido en la tierra después del
diluvio. Recuerde Gén. 10:8-10. Es por eso que fue también presentado como el
primero de la secuencia de reinos de la profecía básica de Daniel capítulo 2,
donde fue presentado como la cabeza de oro de la imagen de metales. Recuerde el
tema 10 de este seminario. Tal como Babilonia era representado como el metal
más valioso de entre los metales de la imagen, ahora es representado como el
más majestuoso de entre las bestias.
Mosaicos de leones en BabiloniaRealmente Babilonia estaba
muy relacionada con los leones. Recuerde que Daniel fue echado a un foso de
leones en la región. Recuerde Dan. 6. En la majestuosa entrada principal de
Babilonia (la famosa puerta de Ishtar) había 120 leones de adobe. Los
arqueólogos han descubierto varios mosaicos de leones en las paredes de las
ruinas de la antigua ciudad de Babilonia.
http://www.ecured.cu/index.php/Puerta_de_Ishtar
Las alas arrancadas
Algunos intérpretes bíblicos dicen que el hecho que “sus
alas fueron arrancadas… y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y
le fue dado corazón de hombre” significa que el imperio de Babilonia se volvió
débil y perdió su valor en su última fase, perdiendo la fuerza y ferocidad del
león y del águila. He aquí dos versículos que apoyan esta interpretación. Jer.
50:43, 44; 2 Sam. 17:10.
Pero otra interpretación es la siguiente. Recordemos que el
rey Nabucodonosor perdió la razón durante 7 años, viviendo y comiendo hierba
como un buey en el campo. Su corazón de hombre fue cambiado en corazón de
bestia. En ese tiempo “su pelo creció como plumas de águila.” Al cabo de los
siete años “reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los
hombres.” Entonces fue devuelta su razón. Dan. 4:16, 33, 34; 5:21. El rey
Nabucodonosor de Babilonia se volvió a poner enhiesto sobre sus pies a manera
de hombre, le fue dado nuevamente corazón de hombre y “sus alas de águila
fueron arrancadas”, es decir su pelo (que había crecido como plumas de águila)
fue cortado, recuperando un aspecto digno y presentable.
Estas dos interpretaciones no se contradicen entre sí.
Pueden ser complementarias, presentando dos mensajes al mismo tiempo. Por un
lado la debilidad de Babilonia en su fase final antes de su caída, y a la vez
el maravilloso testimonio de la conversión del rey Nabucodonosor.
De paso sea dicho que las alas de águila son además un
símbolo de la protección divina. Vea Éxodo 19:4; Ap. 12:6, 14. Babilonia tuvo
esa protección divina mientras Nabucodonosor (siervo de Dios), quien había
recibido el reino de manos de Dios, vivía y reinaba. Pero una vez muerto,
Babilonia fue gobernado por reyes impíos y alejados de Dios, perdiendo la
protección divina y cayendo finalmente.
2) La segunda bestia – El oso con 3 costillas en su boca –
MEDO-PERSIA (539 a.C. – 331 a.C.)
El oso con 3 costillas en su bocaBabilonia fue conquistado
por los medopersas que eran considerados crueles y rapaces. El “oso” atacó y
venció al “león”. Jer. 51:11.
“Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual
se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas
entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne.” Dan.
7:5.
Se alzaba de un costado más que del otro
El hecho que el oso “se alzaba de un costado más que del
otro” nos hace alusión al detalle de la alianza entre los medos y los persas,
tal como en la imagen de los metales de Daniel capítulo 2, donde los
Medo-Persas eran representados por los dos brazos de plata. Pero en esta visión
Dios nos añade el detalle que una parte de esta alianza era más poderosa y
pisaba más fuerte que la otra. La historia nos cuenta que los persas eran los
más poderosos de la alianza. Los medos perdieron con el tiempo importancia y el
reino es conocido más adelante tan solo como “Persia”.
Las tres costillas entre sus dientes
El hecho que “tenía en su boca tres costillas entre los
dientes” y que esta bestia “devora mucha carne”, nos da a entender que en sus
guerras de expansión conquistó tres reinos. Y fue exactamente esto lo que
ocurrió, pues Medo-Persa no conquistó solamente a Babilonia, sino también a
Lidia y Egipto.
3) La tercera bestia – El leopardo con 4 cabezas y 4 alas de
ave – GRECIA (331 a.C. – 168 a.C.)
El leopardo con 4 cabezas y 4 alas de ave“Después de esto
miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo,
con cuatro alas de ave en sus
espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.”
Dan. 7:6.
Medo-Persia fue conquistado por los griegos. El “leopardo”
atacó y venció al “oso”. Dan. 8:3-7, 20, 21.
Las cuatro alas de ave del leopardo
El leopardo es el animal más veloz. El concepto de la
rapidez es reforzado por el hecho que este tercer reino tiene 4 alas de ave en
sus espaldas. Dios nos quiere dar a entender la característica de este imperio.
Los historiadores confirman este hecho. Pues las conquistas de Alejandro Magno
son un hecho histórico sin precedentes.
“Alejandro era el guerrero más grande del mundo antiguo.
Derrota de Darío. Alejandro siguió batiendo a los generales… persas de Darío
con rapidez sorprendente.” “Historia del mundo” de R. Flenley y W.N. Weech,
Editorial Iberia, pág. 146.
Alejandro Magno“Al Este de las tierras griegas había surgido
un pujante Imperio: el persa. Este imperio al expandirse hacia el Oeste había
chocado con las posesiones griegas del Asia Menor, que fueron sometidas por el
rey persa Darío… Este fue el motivo para el inicio de una guerra entre griegos
y persas o menos… los griegos derrotaron a los persas… Alejandro, un joven de
20 años que había sido educado por Aristóteles. Después de mantener el control
sobre Grecia, se lanzó a la conquista del mundo… Después de someter todo el
Imperio persa, se dirigió al Oriente…En pocos años su imperio se extendía de
Este a Oeste… y de Norte a Sur…” “Historia del Hombre” de Alcides Parejas
Moreno, Editorial, Don Bosco. pág. 97 – 99.
Acerca de Alejandro Magno y sus veloces conquistas dice el
historiador W. W. Tarn: “Era maestro en la combinación de varias armas; enseñó
al mundo las ventajas de las campañas de invierno, el valor de la persecución
llevada hasta lo sumo, y del principio que se expresa así: ´Marchar divididos,
pelead unidos.´ Su ejército iba generalmente en dos divisiones, una de las
cuales llevaba la impedimenta, mientras que su propia división viajaba con poca
carga, y la velocidad de sus movimientos era extraordinaria. Se dice que
atribuía su éxito militar al hecho de que ´nunca postergaba nada.´” “The
Cambridge Ancient History“, tomo 6, págs. 425, 426.
Las cuatro cabezas del leopardo
A causa de una tremenda borrachera, Alejandro Magno se enfermó
con una fiebre fatal. Probablemente sífilis. En su lecho de muerte no nombró a
ningún sucesor.
Antígono intentó vigorosamente formar un imperio unido. En
el año 301 a. C. se dio la batalla de Ipso que puso fin a este intento. Le
siguieron 22 años sangrientos hasta que finalmente el reino de Grecia estaba
dividido entre los cuatro generales principales de Alejandro tal como indicó la
profecía. La profecía de Daniel capítulo 8 lo expresa así.
“El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que
tenía entre sus ojos es el rey primero [Alejandro Magno]. Y en cuanto al cuerno
que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos
se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él.” Dan. 8:21, 22.
Los 4 generales que se
dividieron el reino
Casandro se quedó con Macedonia y el oeste de Grecia.
Lisimaco se quedó con Tracia y partes de Asia.
Tolomeo se quedó con Egipto, Libia, Arabia y el sur de
Palestina.
Seleuco se quedó con Siria y el resto del dominio oriental.
4) La cuarta bestia – La bestia terrible y espantosa –
ROMA(168 a.C. – 476 d.C.)
La bestia terrible y espantosa “Después de esto miraba yo en
las visiones de noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en
gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y
desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas
las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.” Dan. 7:7.
Grecia fue conquistado por los romanos. La bestia “terrible
y espantosa” atacó y venció al “leopardo”. Dan. 8:9, 23-25.
“Estamos en pleno período de decadencia del pueblo griego,
que terminó convirtiéndose… en una provincia romana con el nombre latino de
Acaya… Roma conquistó Galia, España, Macedonia, Grecia y Siria. Tenía el
completo dominio del Mediterráneo.” “Historia del Hombre” de Alcides Parejas
Moreno, Editorial, Don Bosco. pág. 100, 117.
El hecho que la bestia terrible y espantosa tenga “unos
dientes grandes de hierro” nos relaciona inmediatamente en la simbología con
las piernas de hierro que representaban al Imperio Romano en la imagen de los
metales de Daniel capítulo 2. Vea el tema 10 de este seminario para más
detalle.
Además decía acerca de esta bestia lo siguiente: “he aquí la
cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos
dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus
pies…” Dan. 7:7. Roma recibía casi la misma descripción idéntica en el sueño de
la secuencia de metales cuando decía: “Y el cuarto reino será fuerte como
hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y
quebrantará todo.” Dan. 2:40.
Cuando Daniel escribió esta visión, no pudo encontrar en el
reino animal una bestia que sea tan cruel para representar al Imperio Romano.
Es por eso que la llamó simplemente una bestia “espantosa y terrible y en gran
manera fuerte”. Pero San Juan encontró una “bestia” que representa
perfectamente a esta bestia romana. Juan mismo vivió durante ese imperio cruel,
y en el Apocalipsis la nombra “el dragón”, escogiendo el nombre de una “bestia”
que no es de entre los animales del campo que Dios creó, sino una “bestia
sobrenatural”, que no es de este mundo, identificándola y relacionándola
directamente con el diablo, siendo este un ser sobrenatural y no de este mundo
(extraterrestre)que también recibe el nombre del dragón. Ap. 12:9.
Dios nos presenta a esta bestia terrible y espantosa con sus
10 cuernos nuevamente en una visión de San Juan en Ap. 12. Al inicio de ese
capítulo se nos presenta una mujer pura que está encinta. Recordemos que una
mujer en la profecía es símbolo de una Iglesia, Religión o Pueblo de Dios (vea
temas anteriores). Se trata del pueblo judío que estaba simbólicamente encinta,
pues Jesucristo, el hijo de Dios, estaba a punto de nacer. El texto dice: “he
aquí un gran dragón escarlata, que tenía… diez cuernos… Y el dragón se paró
frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan
pronto como naciese.” Ap. 12:4.
El rey romano Herodes
intentó asesinar al niño Jesús recién nacido!
“Después que partieron ellos [los reyes magos], he aquí un
ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a
su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque
acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo…Herodes entonces, cuando se
vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños
menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al
tiempo que había inquirido de los magos.” Mateo 2:13, 16.
Gracias a la intervención del ángel de Dios, María y José
huyeron con Jesús y el niño sobrevivió. Tres décadas más tarde, “el dragón” (el
diablo mediante la bestia romana) logró finalmente su objetivo, asesinando a
Cristo en la cruz del Calvario. Para llevarlo a cabo utilizó a los gobernadores
del Imperio Romano sobre Judea y Galilea, Herodes Antipas y Poncio Pilato. Pero
Jesús resucitó y “fue arrebatado para Dios y para su trono.” Ap. 12:5.
“Y ella [la mujer encinta – el pueblo judío] dio un hijo
varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue
arrebatado para Dios y para su trono.” Ap. 12:5.
El “hijo varón” aquí mencionado, “que regirá con vara de
hierro a todas las naciones” es Jesucristo. Vea Ap. 19:13-15.
En este imperio cruel que mató a Cristo y persiguió a sus
seguidores, se manifestó el diablo con más énfasis. Es por eso que ese poder es
llamado por San Juan “el dragón”.
Los 10 cuernos de la bestia
“… he aquí la cuarta bestia,
espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes
grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y
era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez
cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño
salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los
primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que
hablaba grandes cosas.” Dan. 7:7, 8.
La bestia romana tiene diez cuernos. Son parte íntegra de
ella. Son diez cuernos romanos al igual que el cuerno pequeño que surgió entre
ellos. Pero a la vez los 10 cuernos, como también el cuerno pequeño, surgen
después, en una segunda fase, tal como lo explica el ángel: “Y los diez cuernos
significan que de aquel reino se levantarán diez reyes.” Dan. 7:24.
Daniel capítulo 7 nos da una descripción
similar a la que se nos presentó en la imagen de metales del capítulo 2 de
Daniel, donde Roma fue representado por las piernas de hierro que sufrieron
también una transformación de una fase a otra, pues fueron mezclados en su fase
final con barro en los pies y dedos de la imagen. El hierro (Roma) continúa
hasta el fin pero subdividida en los diez dedos de la imagen y mezclado con el
barro, tal como lo explicó Daniel diciendo: “Y lo que viste de los pies y los
dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino
dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro
mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y
en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así
como viste el hierro mezclado con barro…” Dan. 2:41-43.
Este es el último metal de la imagen de metales que continúa
hasta el fin de la historia humana, cuando en el retorno de Cristo
(representado por la caída de la piedra que desmenuza la imagen de metales) es
destrozado y desmenuzado. Dan. 2:40-45. Recuerde el Tema 10 de este seminario.
Las tribus bárbaras – los diez cuernos de la bestia y los
pies y dedos de hierro y barro (476 d.C. – hoy)
Fueron las tribus bárbaras que hicieron caer al Imperio
Romano, subdividiendo su territorio en diez “reinos romanos”. Veamos como lo
describen los historiadores.
“A partir del siglo II d.C. tribus bárbaras empezaron a
movilizarse en las fronteras del Imperio. Ya en el siglo IV constituyeron una
grave amenaza, pues el año 410 saquearon la ciudad de Roma. En el siglo
siguiente los hunos, pueblo asiático, se lanzó contra Roma. Y, por último, el
año 476 el jefe germano Odoacro obligó al emperador romano a abdicar, hecho que
marca el fin de la Edad Antigua.” “Historia del Hombre” de Alcides Parejas
Moreno, Editorial, Don Bosco. pág. 120.
“Invasiones y reinos bárbaros. Al este se hallaban los godo,
en el centro los vándalos y lombardos y hacia el Oeste los francos, alamanes,
anglos y sajones, por mencionar sólo unas cuantas de las muchas tribus y
subtribus. No podemos decir con precisión lo que las llevó a presionar cada vez
más el Imperio romano… Y una ve los bárbaros en la frontera romana, el señuelo
de tierras más cálidas, la riqueza y la debilidad del Imperio los incitaron.”
“Historia del mundo” de R. Flenley y W.N. Weech, Editorial Iberia, pág. 292.
“La <<ruptura>> del Imperio Romano. Los inicios
de la época bárbara… la invasión de los bárbaros: <<La civilización
romana no ha muerto de muerte natural. Ha sido asesinada>>… al este…
estaban los godos, divididos en ostrogodos y visigodos; en el centro y oeste,
los vándalos… burgundios… suevos, alamanes… y francos… al norte… se encontraban
los anglos… sajones y lombardos…” “Historia Universal”, Editorial Oceano, P.
264, 265.
Recuerde que después de las piernas de hierro (el Imperio
Romano) vendría “un reino dividido” representado por los 10 dedos de los pies.
Dan. 2:41, 42. Lo impresionante es que en el momento de la caída del Imperio
Romano en el año 476 d.C. había exactamente 10 tribus bárbaras sobre el
territorio romano.
1)
| Los Anglosajones | Inglaterra | ![]() |
2)
| Los Francos | Francia | |
3)
| Los Germanos (Alamanes) | Alemania | |
4)
| Los Lombardos | Italia | |
5)
| Los Suevos | Portugal | |
6)
| Los Visigodos | España | |
7)
| Los Burgundios | Suiza | |
8)
| Los Ostrogodos | Fueron destruidos | |
9)
| Los Hérulos | Fueron destruidos | |
10)
| Los Vándalos | Fueron destruidos | |
Las siete tribus bárbaras que no fueron destruidas se
convirtieron con los siglos en países europeos de la actualidad.
Las tres “tribus destruidas” (Ostrogodos, Herulos y
Vándalos) analizaremos en otro tema. Pero vale la pena adelantar que aunque
conquistaron al Imperio Romano, asentándose en su territorio, no deseaban ser
parte de la bestia romana como veremos en otro tema, y por lo tanto fueron
“arrancados”. Dan. 7:8, 20, 24.
El Juicio en el cielo
Después de ver la bestia terrible y
espantosa con sus 10 cuernos, y el cuerno pequeño delante del cual fueron
arrancados 3 de los 10 cuernos, de repente la mirada de Daniel es elevada al
cielo a una escena de juicio.
“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó
un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su
cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego
ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de
millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se
sentó, y los libros fueron abiertos.” Dan. 7:9, 10.
De paso sea dicho que Dios es una persona como lo revela el
texto y no un ser invisible.
El fin de la cuarta bestia
“Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes
palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su
cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.” Dan. 7:11.
Después del juicio celestial la cuarta y última de las
bestias (la terrible y espantosa bestia romana), identificada por Juan como el
dragón, que incluye los diez cuernos y el cuerno pequeño que había hablado
grandes cosas, fue muerta y entregada al fuego para ser quemada. Tal como en la
imagen de metales de Daniel 2:40-45, el cuarto y último reino de hierro (el
Imperio Romano) es destrozado y desmenuzado por la piedra que representa el
retorno de Cristo y el inicio del reino eterno de Dios.
Acerca de este evento dice San Pablo: “Y entonces se manifestará
aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá
con el resplandor de su venida” 2 Tes. 2:8.
También el Apocalipsis nos menciona el momento cuando esta
bestia es arrojada finalmente al fuego. Vea Ap. 17:16; 19:20.
“Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero
les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.” Dan. 7:12.
A las tres bestias anteriores se había quitado su dominio,
pero su vida había sido prolongada por cierto tiempo. Pues Babilonia fue absorbida
por Medo-Persia, Medo-Persia fue absorbida por Grecia y Grecia fue absorbida
por Roma. Pero Roma (la bestia romana, el dragón con 10 cuernos y su cuerno
pequeño), no es absorbido por el reino eterno de Dios que le sucede, sino
destruido, desmenuzada y quemada en el retorno del Señor Jesucristo.
Jesús recibe el reino
Después de la destrucción de los reinos
terrenales (idólatras y belicosos), la mirada de Daniel es elevada nuevamente
al cielo. ¡Finalmente Jesús recibe el reino eterno!
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes
del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días,
y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino,
para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es
dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.” Dan.
7:13, 14.
Tal como decía en Dan. 2:44, 45, donde encontramos
prácticamente la misma explicación y terminología acerca del fin de los reinos
terrenales y el inicio del reino eterno de Dios.
Alejandro Magno y Jesucristo
Alejandro Magno murió a los 33 años
tras una tremenda borrachera que le causó una fiebre fatal. Posiblemente
Sífilis. El había conquistado al mundo entero, con despreciable arrogancia,
reclamó para sí honores divinos. Pero finalmente perdió su alma en sus vicios
que no podía dominar. Alejandro Magno no nombró ningún sucesor…
“Heridas y privaciones habían minado su robustez. Una
embriaguez le produjo una fiebre fatal que le causó la muerte, en el palacio de
Nebucadrezzar, a los treinta y tres años.” “Historia del mundo” de R. Flenley y
W.N. Weech, Editorial Iberia, pág. 151.
Jesús preguntó: “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo
el mundo, y perdiere su alma?” Marcos 8:36.
Jesucristo también murió a los 33
años. Pero por ningún vicio, sino por amor al mundo, pues entregó su vida
voluntariamente por nosotros.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna.” Juan 3:16
Jesús pudo haber huido, antes que los soldados lo apresen en
el monte de los olivos, ¡pero no lo hizo! Murió por ti y por mí. Al igual que
Alejandro Magno, Jesús también conquistó el mundo. ¡Pero no los territorios
físicos mediante la violencia, sino los corazones de aquellos que creyeron en
él, para ser salvos mediante su amor y misericordia!
Jesús sí nombró los sucesores a su reino. Se trata de
aquellos que creen y confían en él, haciendo su voluntad y esperando en su
reino eterno, que es el siguiente por venir.
“Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y
poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre… hasta que vino el
Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el
tiempo, y los santos recibieron el reino… Pero se sentará el Juez, y le
quitarán su dominio [a la bestia romana] para que sea destruido y arruinado
hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo
de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es
reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.” Dan. 7:18, 22,
26, 27.
Yo deseo parte de ese reino eterno. Heredero de Dios.
¿Deseas tú también?
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