E l noviazgo involucra la intención de casarse y establecer una relación permanente, por lo tanto debe ser tomado con la mayor seriedad. Aquà tenemos ocho principios que serÔn útiles.
Las amistades especiales y el noviazgo son dos tipos de relaciones a las cuales se llega entre la adolescencia y la juventud. Al entrar en la adolescencia las amistades se tornan un poco mĆ”s selectivas lo que llamamos amistades especialesā. Generalmente en esta etapa, no se toman compromisos permanentes; pero a medida que los jóvenes siguen creciendo, llegan a lo que denominamos noviazgo...
Aunque no hay un orden formal universalmente aceptado en la progresión de un noviazgo, es un proceso serio en el cual la relación entre un hombre y una mujer entra en una etapa de exploración en la cual ambos intentan conocer al otro y sopesar las caracterĆsticas de cada uno, con la intención de casarse y establecer asĆ una relación para toda la vida. Esto significa que el noviazgo debe ser tomado con la mayor seriedad, con mucha oración y compromiso con los aspectos espirituales y morales de la vida, pero sin que el aspecto fĆsico los subyugue.
Elena White aconseja a los jóvenes acerca de la seriedad espiritual del noviazgo de esta manera:
āNo debierais decir una palabra ni realizar acción alguna que no quisierais que los Ć”ngeles viesen y anotasen en los libros del cielo. DebĆ©is procurar sinceramente glorificar a Dios. Vuestro corazón debe tener Ćŗnicamente aspectos puros, santificados, dignos de quienes siguen a Cristo, que sean de Ćndole elevada y mĆ”s celestial que terrenal. Cuanto difiere de esto degrada el noviazgo. El matrimonio no puede ser santo y honroso a la vista de un Dios puro y santo, a menos que concuerde con los elevados principios de la Escrituraā. (El Hogar Cristiano, p.46)
Mi preparación académica, mi experiencia personal y el aconsejar a jóvenes, me han llevado a enumerar ocho principios que serÔn de ayuda durante el noviazgo, con el objetivo de asegurar una relación matrimonial feliz y duradera. EstÔn enumerados sin un orden particular de importancia, pero es oportuno que los tengas presentes al transitar por el noviazgo y elegir un compañero para la vida.
1. EvalĆŗa cada comportamiento.
Desafortunadamente, el noviazgo,muchas veces tiende a ser un perĆodo de serios āencubrimientosā. Cada uno intenta aparecer en su mejor forma en tĆ©rminos de modales y temperamento, con el objetivo de atraer a la otra persona. Mantente alerta ante cualquier demostración āaunque pequeƱa, de palabra o de hechoā que refleje cualquier fingimiento. AsegĆŗrate que la persona es firme en su compromiso con las prioridades espirituales y los estĆ”ndares divinos. No pases por alto comportamientos inapropiados o indebidos, como āalgo que hacen los jóvenesā. Estos rasgos pueden no cambiar mĆ”s tarde y aun pueden continuar en la relación matrimonial, cuando serĆ” demasiado tarde para volver atrĆ”s. Es mejor, en las etapas tempranas del noviazgo, discutir con oración la conducta inapropiada. CortĆ©smente procura un cambio para mejor y busca comportamientos aceptables. El impulso enceguecido puede controlar la razón. Elena White advierte: āBajo el poder de este engaƱo seductor, la grave responsabilidad que siente todo cristiano sincero es echada a un lado, muere espiritualmente, y el juicio y la eternidad pierden su pavoroso significadoā. (Testimonios para la Iglesia)
2. Dialoga con respeto y amor las preguntas que vienen a tu mente.
Al aconsejar a los jóvenes generalmente les pido que escriban una lista de preguntas que consideran irrelevantes para realizar a la persona con quien estĆ”n de novios. La lista suele tener preguntas como: āĀæEres virgen?ā, āĀæCrees en Dios y lo amas?ā, āĀæCuĆ”les son tus ingresos?ā,ā ĀæA quĆ© iglesia asistes?ā. Suelo decir: āestĆ”s equivocado, cada interrogante o asunto que agita tu mente debe ser preguntadoā. La creencia de que el amor es ciego o que el amor conquista todas las cosas tiene sus limitaciones. No entras al matrimonio sin un conocimiento lo mĆ”s completo posible acerca de la otra persona. Aunque no debes ser demasiado estricto o crĆtico, nada debiera darse por sentado, creyendo que tales cosas realmente no tienen importancia en nuestra era tecnológica. Los requerimientos de Dios para sus hijos no han cambiado ni cambiarĆ”n (Mateo 5:18, 19). āEl amor es un precioso don que recibimos de JesĆŗs. El afecto puro y santo no es un sentimiento, sino un principio. Los que son movidos por el amor verdadero no carecen de juicio ni son ciegos. EnseƱados por el EspĆritu Santo, aman supremamente a Dios y a su prójimo como a sĆ mismosā. (Ministerio de Curación p.276)
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3. El verdadero noviazgo no es infatuación.
A menudo los jóvenes son atraĆdos por la apariencia fĆsica y los gestos e impulsos emocionales. El
sentimiento de āestamos enamoradosā hace que uno idealice al otro, lo cual lleva a la infatuación, que suele estar acompaƱada por emociones sobrecargadas; una tendencia que impide ver los defectos de carĆ”cter.
Infatuación no es amor. Es una relación caracterizada por la pasión a nivel fĆsico; carece de madurez espiritual y compromiso. El perĆodo de noviazgo es un tiempo cuando los jóvenes necesitan tener gran precaución, porque se estĆ”n preparando para una de las relaciones mĆ”s Ćntimas de la vida. El viaje que se extiende por delante es largo, el camino es muchas veces desconocido y Ć”spero, y el noviazgo lleva tiempo. Por lo tanto, este no es un momento para decisiones precipitadas. Una vida guiada por una obsesión apresurada, y no por amor verdadero, conduce a un riesgo peligroso.
4. Permite que el carƔcter cristia
no gobierne tu noviazgo. Esta Ć©poca es conocida por su erosión espiritual y decadencia moral. Vemos estas ten dencias en todas partes: en el hogar, el trabajo, la escuela, la polĆtica, el gobierno, en ancianos y jóvenes. Esta tendencia a la decadencia moral y espiritual y a la falta de integridad, tambiĆ©n afecta los cimientos y las funciones del matrimonio. AsĆ que no sorprende que el noviazgo entre los jóvenes muchas veces carezca de valoración de uno por el otro. El valor que uno coloca sobre el otro es significativo cuando se permite que el carĆ”cter cristiano gobierne el noviazgo y el comportamiento del mismo. No es el momento de probar las pasiones fĆsicas, sino que es un tiempo para fortalecer el carĆ”cter y resistir cada tentación que pueda erosionar la fibra moral de la vida. MĆ”s que valorar la atracción fĆsica y la apariencia, el noviazgo deberĆa procurar la conso lidación de un carĆ”cter como el de Cristo.
Aunque existan planes de casamiento, mientras se estĆ” de novios deben existir lĆmites. La belleza del carĆ”cter es mucho mĆ”s importante y debe dĆ”rsele la debida prioridad. La belleza fĆsica puede esfumarse, vĆctima del paso del tiempo, por un accidente o enfermedad inesperada. Pero existe una belleza interior que cada uno debe descubrir del otro. Elena White aconseja: āEs justo amar la belleza y desearla; pero Dios desea que primero amemos y busquemos la belleza superior, imperecedera. Las producciones mĆ”s descollantes del ingenio humano no poseen belleza alguna que pueda compararse a la hermosura de carĆ”cter que a su vista es de āgran precioā...
Continuara...
Fuente: Dialogo Universitario
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