El terrible y espantoso cuarto reino de hierro
Recordemos que
el cuarto y Ășltimo metal con sus diez dedos, equivale a la cuarta y Ășltima
bestia con sus diez cuernos (Daniel 2 y 7). ¡Roma! En ambas profecĂas se añade
un nuevo elemento. En Daniel 2 se agrega el barro cocido de alfarero
mezclĂĄndose con el hierro en los pies y los 10 dedos de la imagen, equivalente
al cuerno pequeño que en Daniel 7 se mezcla entre los diez cuernos.
En los temas anteriores ya hemos identificado a este cuarto
y Ășltimo reino como Roma. Estamos viendo que Roma sufre una transiciĂłn con sus
10 dedos (10 cuernos) y su barro (cuerno pequeño) que analizaremos en este tema
y en el siguiente.
Pero lo que ya sabemos es lo siguiente:
JesĂșs define a Roma como el enemigo del pueblo de Dios. Luc.
21:20, 21.
Daniel define a Roma como el desolador del MesĂas, de
Jerusalén y del templo. Dan. 9:26, 27.
San Juan define a Roma como el dragĂłn, dando a entender que
se trata de un reino diabĂłlico. Ap. 12:1-5.
¡Ni Babilonia, ni Medo-Persia, ni Grecia son llamados
enemigos del pueblo de Dios! Ninguno de los tres es comparado con el dragĂłn, ni
llamado el desolador. MĂĄs bien el pueblo de Dios tuvo bastante buenas
relaciones con estos tres imperios, como estudiamos en el tema anterior.
Pero en este tema veremos dos razones adicionales para
entender con mayor detalle, por quĂ© Roma se merece realmente los tres tĂtulos
que acabamos de ver (enemigo, desolador y dragĂłn).
1) Roma arrebata al pueblo de Dios su “tierra prometida”
Dios habĂa dado a su pueblo un lugar para establecerse y
habitar. GĂ©n. 12:1; 11:31. Se trataba de CanaĂĄn, la tierra donde fluye leche y
miel. Ex. 3:17; Lev. 20:24. TambiĂ©n llamada “la tierra prometida” (Hebreos
11:9), “la tierra de los Hebreos” (GĂ©n. 40:15), “la tierra de Israel”, “la
tierra de JudĂĄ” o “Judea”, “La Tierra Santa” y “Palestina”.
¡Ni Babilonia, ni Medo-Persia, ni Grecia quitaron al pueblo
de Dios sus tierras! Durante el cautiverio de Babilonia, “la tierra de JudĂĄ”
llegĂł a ser una provincia del Imperio babilĂłnico, y Nabucodonosor puso un
gobernante sobre aquel lugar. 2 Rey. 25:22, 24. Bajo los Medo-Persas a los
hebreos les fue permitido volver a sus tierras y reconstruir su ciudad y su
templo y ser nuevamente una naciĂłn autĂłnoma. Bajo los griegos, CanaĂĄn llegĂł a
ser incluido pacĂficamente en el territorio del Imperio Griego, pero el pueblo
de Dios tuvo un muy buen trato con ese reino.
¡Pero la historia fue otra bajo el Imperio Romano!
La ciudad y el templo fueron
tomados por Tito, y totalmente
destruidos, 70-71 d.C., y la naciĂłn judĂa dejĂł
de existir en la tierra de sus padres.” “Diccionario de la Santa Biblia”
Editorial Caribe – W. W. Rand – PĂĄgina 321.
“Los dos puntos focales de su desarrollo [del JudaĂsmo]
fueron las dos destrucciones del templo de JerusalĂ©n en 583 a.C. y 70 d.C.” La
segunda tuvo como consecuencia “la destrucciĂłn del estado JudĂo en 70 d.C.” y
una “extensa dispersiĂłn de los judĂos” por el mundo. Diccionario de historia de
la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 619.
JesĂșs predijo que como consecuencia de la destrucciĂłn de
JerusalĂ©n por los ejĂ©rcitos romanos, los judĂos “serĂĄn llevados cautivos a
todas las naciones.” Lucas 21:24.
He aquĂ la primera razĂłn adicional porque Roma es el enemigo
y el desolador del pueblo de Dios y llamado el dragĂłn. Los hebreos fueron el
Ășnico pueblo en la historia del mundo que recibieron de parte de Dios un
territorio definido. ¡Pero el poder diabĂłlico romano se atreviĂł a arrebatar al
pueblo de Dios por la violencia lo que Dios le habĂa dado mediante la promesa! Con
mucha razĂłn los primeros cristianos vieron en el Imperio Romano el cumplimiento
del nĂșmero de la bestia, el seiscientos sesenta y seis. Dios mostrĂł en visiĂłn a
San Juan esta bestia romana con sus 10 cuernos y con las mismas caracterĂsticas
de cuerno pequeño en Apocalipsis 13, donde recibe el nĂșmero misterioso 666. Vea
Ap. 13:1, 2, 5-7, 18 y compare con Dan. 7:7, 8, 21-25.
Roma no solo destruyĂł a los judĂos, sino tambiĂ©n a los
cristianos durante siglos.
El nĂșmero de la bestia: 666
LatĂn era el idioma oficial del Imperio Romano. Lateinos
significa “La persona que habla latĂn”. Ireneo (125 d.C. al 200 d.C.) era
obispo de Lyon. El dijo: “Entonces Lateinos tiene el nĂșmero seiscientos sesenta
y seis; y es una muy probable soluciĂłn, que este sea el nombre de este Ășltimo
reino (de los cuatro vistos por Daniel). Ya que los latinos son aquellos que
reinan actualmente”. “Contra los herejes” por Ireneo, libro 5, cap. 30, pĂĄr. 3
LATEINOS“La persona que habla LatĂn”en griego
| ROMIITH“El reino romano”en hebreo
|
HE LATINE BASILEIA
“El reino latino”
en griego antiguo
H = 0 | (transliteral) | |
E = 8 | eta | |
L = 30 | lambda | |
A = 1 | alpha | |
T = 300 | tau | |
I = 10 | iota | |
N = 50 | nu | |
E = 8 | eta | |
B = 2 | beta | |
A = 1 | alpha | |
S = 200 | img | |
I = 10 | iota | |
L = 30 | lambda | |
E = 5 | epsilon | |
I = 10 | iota | |
A = 1 | alpha | |
———-666 |
http://biblelight.net/666.htm
Dios el esposo – La iglesia su esposa
Una mujer representa en la simbologĂa bĂblica y profĂ©tica
una Iglesia o ReligiĂłn, siendo Dios su marido o esposa. Vea: 2 Cor. 11:2; Is.
54:5; Oseas 2:16, 19, 20, Ap. 19:7, 8; etc. La relaciĂłn que Dios desea tener
con su mujer es la siguiente. El desea guiarla, sostenerla, amarla y cuidarla,
etc. Y Dios exige de su mujer que le sea leal, fiel y obediente, etc.
El JudaĂsmo se convierte en ramera
En una Ă©poca de su historia, el JudaĂsmo llegĂł a ser
temporalmente una ramera al ir tras la idolatrĂa y las imĂĄgenes de las naciones
que la rodearon (Egipto, Asiria y Babilonia) como veremos en el pasaje
siguiente. Una ramera es una mujer (Iglesia o ReligiĂłn) que se apartĂł de Dios y
tuvo relaciones ilĂcitas y prohibidas. En el tema 15 ya hemos tocado algo de
estas simbologĂas. Pero ahora veremos mĂĄs detalles.
Hijo de hombre, notifica a
JerusalĂ©n sus abominaciones… Te hice
multiplicar como la hierba del campo; y
creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy Hermosa… Y pasĂ© yo otra vez
junto a ti, y te mirĂ©, y he aquĂ que tu tiempo era tiempo de amores; y extendĂ
mi manto sobre ti, y cubrà tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto
contigo, dice el Señor, y fuiste mĂa… Pero confiaste en tu hermosura, y te
prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos
pasaron; suya eras. Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares
altos, y fornicaste sobre ellos… te edificaste lugares altos, y te hiciste
altar en todas las plazas… Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos…
Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con
ellos y tampoco te saciaste. Multiplicaste asimismo tu fornicaciĂłn en la tierra
de CanaĂĄn y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. ¡CuĂĄn inconstante
es tu corazón, dice Jehovå el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de
una ramera desvergonzada, edificando tus lugares altos en toda cabeza de
camino, y haciendo tus altares en todas las plazas!”Ez. 16:2, 7, 8, 15, 16, 24,
26, 28-31, 35.El Cristianismo se convierte en ramera
Dios nos revela en el libro del Apocalipsis una segunda
manera en la que una mujer (Iglesia o ReligiĂłn) se convierte en ramera. Ocurre
cuando la Iglesia abandona a Dios y se une con la polĂtica terrenal. Es decir
cuando la Iglesia se une con el Estado.
“Vino entonces uno de los siete ĂĄngeles que tenĂan las siete
copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acå, y te mostraré la sentencia contra
la gran ramera, la que estĂĄ sentada sobre muchas aguas; con la cual han
fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han
embriagado con el vino de su fornicaciĂłn… y en su frente un nombre escrito, un
misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES
DE LA TIERRA… Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos,
muchedumbres, naciones y lenguas.” Ap. 17:1, 2, 5, 15.
2) Roma proclama al Cristianismo la religiĂłn oficial del Imperio
La razĂłn que nos provee Dios en el Apocalipsis por la que la
Iglesia llegĂł a ser una ramera con el nombre de Babilonia es la siguiente. La
Iglesia “fornicĂł con los reyes de la tierra”. Es decir abandonĂł a Dios y se
metiĂł con la polĂtica global. Tuvo relaciones prohibidas e ilĂcitas con los
gobiernos del mundo. La Iglesia se uniĂł con el Estado.
“El año 313 el emperador Constantino promulgĂł el Edicto de
MilĂĄn por el que se reconocĂa oficialmente al Cristianismo, se proclamaba la
seguridad del culto y se concedĂa a las comunidades cristianas la consideraciĂłn
de personas jurĂdicas… Esta etapa de la historia de la Iglesia se cierra con el
decreto del emperador Teodosio (379-395) por el que se proclamĂł el Cristianismo
como la religiĂłn oficial del Imperio[Romano].” Historia del Hombre. Alcides
Parejas Moreno, Don Bosco Editorial, p. 133.
He aquĂ la segunda razĂłn adicional porque Roma es el enemigo
y el desolador del pueblo de Dios y llamado el dragĂłn. ¡La Iglesia (el pueblo
de Dios) fornicĂł justamente con el enemigo! ¡No pudo elegir una pareja peor! Se
metiĂł con el desolador. Su uniĂł al dragĂłn.
¡Ni Babilonia, ni Medo-Persia, ni Grecia hicieron del
JudaĂsmo la religiĂłn oficial de sus Imperios! Pero justamente Roma hizo del
Cristianismo la religiĂłn oficial de su Imperio.
Dios condena la unificaciĂłn de Iglesia y Estado
¡La religiĂłn y la polĂtica no deberĂan unirse nunca! La
opiniĂłn de Cristo al respecto es muy clara:
“Dad, pues, a CĂ©sar lo que es de CĂ©sar, y a Dios lo que es
de Dios.” Mat. 22:21. JesĂșs era un defensor de la separaciĂłn de Iglesia y
Estado,
Cuando se une la religiĂłn con la
polĂtica surge el siguiente gran problema.
Como consecuencia de esta uniĂłn
prohibida se emiten leyes religiosas que tienen como fruto la persecuciĂłn de
minorĂas que creen diferente. Pues cuando el Estado se une con la ReligiĂłn,
dicta lo que el poblador debe creer y lo que no debe creer y como el habitante
debe adorar y como no debe adorar. ¡De esta manera se pierde la libertad
religiosa y de consciencia! La intolerancia religiosa aumenta y la persecuciĂłn
inicia.
He aquĂ 3 ejemplos de la consecuencia fatal de la
unificaciĂłn de Iglesia y Estado.
Babilonia: Nabucodonosor, como cabeza de la Iglesia y del
Estado babilĂłnico, emitiĂł una “ley religiosa” imponiendo la adoraciĂłn de una
estatua dorada. Todos aquellos que no obedecerĂan, iban a ser echado en un
horno de fuego. Dan. 3.
Medo-Persia: DarĂo, como cabeza de la Iglesia y del Estado
de medopersia, emitiĂł una “ley religiosa” imponiendo la adoraciĂłn de si mismo
durante un lapso de un mes. Todos aquellos que no obedecerĂan adorando al rey,
iban a ser arrojados en un foso de leones. Dan.6
Roma: Algunos sacerdotes judĂos deseaban matar al JesĂșs.
Pero no tenĂan el poder para realizar su objetivo por sus propios medios.
Tuvieron que buscar el brazo polĂtico de los gobernadores Herodes y Poncio
Pilato. Y ¡cuando la religiĂłn se uniĂł con la polĂtica, JesĂșs fue crucificado!
Lucas 22 y 23.
Con razĂłn Dios rechaza y desaprueba enfĂĄticamente y
categĂłricamente la uniĂłn de la ReligiĂłn con la PolĂtica. Es algo tan ofensivo
para Dios, que si su Iglesia o Pueblo se une con los gobiernos de este mundo
deja de ser su “mujer/esposa” y se convierte en una “ramera fornicaria”.
RESUMEN HISTĂRICO ANTICIPADO
Después de este resumen histórico encontrarå varias citas de
diferentes libros histĂłricos y diccionarios respecto a los eventos histĂłricos
que resumiremos a continuaciĂłn.
Imperio Romano
A la bestia romana le salen 10 cuernos. Tras ellos sale un
cuerno pequeño delante del cual son
arrancados 3 de los 10 cuernos primeros. Ya
hemos estudiado que se trata de las 10 tribus bĂĄrbaras que conquistaron al
Imperio Romano y lo subdividieron en 10 partes. En realidad conquistaron e
hicieron caer al Imperio Romano Occidental pues el Imperio Romano Oriental se
mantuvo todavĂa durante 10 siglos mĂĄs. He aquĂ la subdivisiĂłn del Imperio
Romano en las dos piernas de hierro de la imagen profética de Daniel 2.
Inicialmente hubo un grupo de ancianos/obispos en cada
congregaciĂłn o iglesia cristiana local. Ellos fueron elegidos por los miembros
de la comunidad de fieles. Se trataba de personas reconocidas como Ăntegras e
idĂłneas para ese cargo dentro de la congregaciĂłn. En el siglo IV hubo un cambio
y ya solo hubo un anciano/obispo por iglesia o congregaciĂłn cristiana el cual
ya no fue elegido por las bases sino por el cuerpo electoral restringido y
estrictamente señalado. Ellos llegaron a ejercer funcionas polĂticas a parte de
sus funciones religiosas. Luego hubo obispos sobre obispos. Y los obispos de
las ciudades mĂĄs importantes luchaban por la supremacĂa obispal. En Occidente
era la ciudad de Roma y en Oriente eran las ciudades de Constantinopla,
AntioquĂa, AlejandrĂa y JerusalĂ©n.
Cuando la sede del Imperio Romano fue trasladada de Roma a
Constantinopla (la “Nueva Roma”), el obispo de Roma llegĂł a ser el obispo mĂĄs
poderoso de Occidente, heredando el poder de los emperadores romanos de
Occidente, y fue llamado el papa.
El Papa
Roma Occidental
Los obispos de las cuatro ciudades mĂĄs importantes del
Oriente fueron llamados patriarcas. El mĂĄs poderoso entre ellos con supremacĂa
sobre los demĂĄs llegĂł a ser el patriarca de Constantinopla(la “Nueva Roma”),
llamado el “Patriarca EcumĂ©nico o Universal”.La religiĂłn de Roma Occidental,
bajo el papado, llegĂł a ser la Iglesia CatĂłlica Romana y la religiĂłn de Roma
Oriental, bajo los patriarcas, llegĂł a ser la Iglesia Ortodoxa Oriental.
“Ortodoxa” viene de las palabras griegas que significan “creencia correcta”.
Los patriarcas de Oriente no reconocieron la supremacĂa del papa de Roma. LlegĂł
a un Cisma (divisiĂłn).
Patriarca Roma Oriental
Las 10 tribus bĂĄrbaras fueron cristianizadas. 7 de ellas
aceptaron el catolicismo romano, siendo los francos bajo Clodoveo la primera de
ellas. Pero 3 de las tribus bĂĄrbaras aceptaron el arrianismo (doctrina que no
reconoce la divinidad de Cristo). Fueron los hérulos, los våndalos y los
ostrogodos. En el año 476, Odoacro, jefe de la tribu bårbara arriana de los
hĂ©rulos obligĂł al emperador romano RĂłmulo AugĂșstulo a abdicar, hecho que puso
fin e hizo caer al Imperio Romano de Occidente.
Los emperadores del Imperio Romano de Oriente aceptaron la
fe catĂłlica romana y se pusieron en marcha para destruir a las tribus arrianas
que significaban una seria amenaza. Hay que mencionar sobre todo a dos de los
ellos: ZenĂłn y Justiniano. ZenĂłn enviĂł a Teodorico, que estaba establecido con
sus ostrogodos sobre territorio de Roma Oriental, a Italia para que se
establezca en aquellas tierras cĂĄlidas. De esta manera ZenĂłn se deshizo de
la amenaza de los ostrogodos arrianos en
sus propios territorios y provocó una guerra entre los ostrogodos y les hérulos
arrianos que estaban asentados en Italia y gobernaban en Roma. Tras cinco años
de lucha, en el año 493, los hérulos fueron vencidos y se perdieron en la
historia. Teodorico matĂł personalmente a Odoacro. Quedaban solo 2 reinos
arrianos. Los vĂĄndalos en el norte de Ăfrica y los ostrogodos como nuevos
gobernantes sobre Italia y Roma.
Entonces hubo otro emperador en Oriente. Justiniano. El era
un fiel catĂłlico romano y deseaba liberar al obispo de Roma de los arrianos, y
a los catĂłlicos del norte de Ăfrica de las persecuciones arrianas. Justiniano
proclamĂł al obispo de roma como “cabeza de todas las santas iglesias” y enviĂł a
su general Belisario en una guerra santa para convertir o eliminar a los
arrianos de Occidente. Belisario destruyĂł primero a los vĂĄndalos en el norte de
Ăfrica en el año 534. Entonces marchĂł con sus tropas de 5000 hombres hacia
Roma. LlegĂł a ser prisionero de la ciudad que deseaba liberar, pues los
ostrogodos la sitiaron con 150.000 soldados. Entonces los ostrogodos cometieron
un fatal error estratégico. Destruyeron los 14 acueductos que llevaban agua a
Roma. Pensaron en obligar a Belisario a rendirse, cortando el suministro vital.
Pero provocaron su propia destrucciĂłn, pues el agua se estancaba alrededor de
Roma, creando enfermedades por causa de los mosquitos que se desarrollaron. En
marzo de 538 Belisario derrotĂł a los ostrogodos fĂĄcilmente que habĂan sido
diezmados por las enfermedades.
¡De esta manera fueron arrancadas las 3 tribus bĂĄrbaras que
no aceptaron al obispo de Roma como su autoridad! Los hérulos en 493, los
vĂĄndalos en 534 y los ostrogodos en 538. Ya no hubo oposiciĂłn contra el obispo
de Roma quien comenzĂł a ejercer soberanĂa absoluta sobre las demĂĄs tribus
bĂĄrbaras en el antiguo Imperio Romano Occidental. Los papas llegaron a ser en
cierto sentido la continuaciĂłn religiosa-polĂtica de los antiguos cesares
romanos.
Vale mencionar que hubo otra tribu arriana que eran los
visigodos. Pero ellos no causaron problemas al papado pues estaban al otro
extremo europeo mĂĄs allĂĄ de los poderosos francos catĂłlicos que protegieron al
obispo de Roma. Los visigodos dejaron de ser arrianos pues también se
convirtieron al catolicismo romano y llegaron a ser la nación española.
CITAS HISTĂRICAS DE LOS DIFERENTES ASPECTOS MENCIONADOS
La conversiĂłn de las 10 tribus bĂĄrbaras al Cristianismo
“La conversiĂłn era un proceso lento, por lo que los efectos
de la conversiĂłn de los pueblos germanos no se evidenciaron desde el principio,
sino que fueron manifestĂĄndose sucesivamente, en mĂșltiples modos, durante
muchos siglos de la historia europea. Por ende, la Iglesia dio a la Europa
cristianizada una unidad que substituyĂł a la vieja unidad romana destrozada por
los germanos.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley y W. N. Weech
– PĂĄginas 318.
Recuerde que fueron 10 tribus bĂĄrbaras que se dividieron el
Imperio Romano cuando cayĂł en 476 d.C. re presentados por los 10 dedos del
cuarto y Ășltimo metal de la imagen de Daniel 2 y por los 10 cuernos de la
cuarta y Ășltima bestia de Daniel 7.
7 de ellas aceptaron el cristianismo catĂłlico romano. Fueron las siguientes tribus:
1)
| Los Anglosajones | Inglaterra |
2)
| Los Francos | Francia |
3)
| Los Germanos (Alamanes) | Alemania |
4)
| Los Lombardos | Italia |
5)
| Los Suevos | Portugal |
6)
| Los Visigodos | España |
7)
| Los Burgundios | Suiza |
“La conversiĂłn de los bĂĄrbaros. Al primitivo movimiento
monĂĄstico se debiĂł la conversiĂłn al cristianismo de los pueblos germĂĄnicos.
Godos y vĂĄndalos se habĂan convertido al arrianismo, mientras Clodoveo, rey de
los francos, se convirtiĂł al cristianismo ortodoxo [catĂłlico romano], con
muchos de los suyos.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley y W.
N. Weech – PĂĄginas 316.
Y 3 de ellas aceptaron el cristianismo arriano. Fueron las
siguientes tribus:
8)
| Los Ostrogodos | Fueron destruidos |
9)
| Los HĂ©rulos | Fueron destruidos |
10)
| Los VĂĄndalos | Fueron destruidos |
El arrianismo
El diccionario define arrianismo de la siguiente manera:
“HerejĂa que negaba la eternidad de Jesucristo el Hijo de Dios como el Logos.
Fue condenada por el Concilio de Nicea en 325. Arrio dijo (para citar a
SĂłcrates EscolĂĄstico): “Si el Padre engendrĂł al Hijo, aquel que fue engendrado
tuvo un principio en cuanto a la existencia: y de esto se hace evidente que
hubo (un tiempo) cuando el Hijo no existĂa. Por lo tanto la consecuencia
necesaria es que Ă©l tuvo su subsistencia de la nada”. Diccionario de historia
de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 82.
“El arrianismo afirmaba que Cristo no era consustancial al
Padre, sino creado por Ăl y, por tanto, temporal y no divino; el concilio de
Nicea condenĂł esta doctrina y reafirmĂł la divinidad de Cristo.” “Historia
Universal”, Editorial Oceano, P. 284.
Las tribus bĂĄrbaras se convierten – algunas al arrianismo y otras al catolicismo romano
La primera tribu bĂĄrbara que se convirtiĂł al catolicismo
romano fueron los francos (Francia). Era en su Ă©poca la tribu mĂĄs poderosa
entre las diez que conquistaron al imperio romano.
“El principal de aquellos reinos mayores era el de los
francos… Un cierto Clodoveo o Ludovico se convirtiĂł rey de los francos… Pagano
primero, se convirtiĂł al catolicismo cuando comprendiĂł el beneficio que le
representarĂa tener la Iglesia catĂłlica a su lado. No se convirtiĂł, pues, a la
fe arriana, sino a la catĂłlica…” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley
y W. N. Weech – PĂĄginas 296.
Fueron los misioneros, reyes y ejércitos francos que
apoyaron sobre todo en la cristianizaciĂłn catĂłlica de las demĂĄs tribus
bĂĄrbaras.
“La instalaciĂłn de pueblos germanos que practicaban el
arrianismo o el paganismo… obligĂł a las autoridades eclesiĂĄsticas a practicar
una polĂtica de atracciĂłn sobre los invasores, que acabaron aceptando el
catolicismo entre los siglos V y VI… una polĂtica de transmutaciĂłn de lugares,
ritos y costumbres paganas en cristianas, señalada por el propio Papa, permitió
la conversiĂłn de los anglosajones en los primeros años del siglo VII… de fecha
mĂĄs tardĂa data la evangelizaciĂłn de Germania, en la que participaron
misioneros… del reino franco… La zona de BĂ©lgica fue cristianizada por el
franco San Amando… La regiĂłn del sur de Alemania, Suiza y Austria recibieron la
nueva fe… Frisia y Bavaria fueron dĂ©bilmente cristianizadas… con el apoyo de
los ejĂ©rcitos y reyes francos.” 293, 294.
Los 3 cuernos arrancados
La primera caracterĂstica mencionada del cuerno pequeño en
la profecĂa del libro de Daniel es el hecho que arranca a 3 cuernos. Este hecho
es tan importante que se repite tres veces en el capĂtulo 7 del libro de Daniel.
Es por eso que tenemos que estudiarlo con tanta amplitud para dar un buen
fundamento histĂłrico a la comprensiĂłn de esta profecĂa
“Mientras yo contemplaba los [diez] cuernos, he aquĂ que
otro cuerno pequeño salĂa entre ellos, y delante de Ă©l fueron arrancados tres
cuernos de los primeros…” Dan. 7:8.
“Entonces tuve deseo de saber… acerca de los diez cuernos
que tenĂa en su cabeza, y del otro [el cuerno pequeño] que le habĂa salido,
delante del cual habĂan caĂdo tres…” Dan. 7:19, 20.
“Y los diez cuernos significan que de aquel reino se
levantarĂĄn diez reyes; y tras ellos se levantarĂĄ otro [el cuerno pequeño]… y a
tres reyes derribarĂĄ.” Dan. 7:24.
Los arrianos no reconocieron a al obispo de Roma como cabeza
de la cristiandad porque tuvieron otra fe creyendo cosas diferentes. Estaban en
oposiciĂłn con el catolicismo romano y llegaron a ser un obstĂĄculo para el
obispo de Roma en su esfuerzo de tomar el control de todo el antiguo Imperio
Romano. La controversia agitaba durante siglos al mundo cristiano y los arrianos
se hicieron en todo lugar grandes enemigos del papa y de la Iglesia CatĂłlica
Romana. La difusiĂłn del arrianismo frenaba la marcha del catolicismo romano.
AdemĂĄs la posesiĂłn de Italia y de su renombrada capital por un pueblo arriano
era fatal para la supremacĂa de un obispo catĂłlico. La diferencia
irreconciliable en la religiĂłn era fuente constante de celos y odio. Los
obispos romanos, fueron asediados por todos lados.
“Por otro lado, se establece, mediante una variedad de los
anales mås auténticos, que tanto los emperadores como las naciones en general
distaban mucho de sentirse dispuestos a soportar con paciencia el yugo de
servidumbre que la sede de Roma estaba imponiendo arrogantemente a la iglesia
cristiana. Los prĂncipes godos pusieron lĂmites al poder del obispo de Roma en
Italia; no permitĂan que nadie fuese elevado al pontificado sin su aprobaciĂłn,
y se reservaban el derecho de juzgar la legalidad de cada nueva elecciĂłn.” Juan
L. Mosheim, “An Ecclestiastical History, Ancient and Modern.” Tomo 1, pĂĄgs.
113, 114.
La caĂda del Imperio Romano de Occidente
Recordemos que fueron los reinos bĂĄrbaros que invadieron al
Imperio Romano. En detalle ya lo hemos estudiado en el tema 10 de este
seminario. He aquĂ un recordatorio:
“Invasiones y reinos bĂĄrbaros. Al este se hallaban los godo,
en el centro los vĂĄndalos y lombardos y hacia el Oeste los francos, alamanes,
anglos y sajones, por mencionar sĂłlo unas cuantas de las muchas tribus y
subtribus. No podemos decir con precisiĂłn lo que las llevĂł a presionar cada vez
mĂĄs el Imperio romano… Y una ve los bĂĄrbaros en la frontera romana, el señuelo
de tierras mĂĄs cĂĄlidas, la riqueza y la debilidad del Imperio los
incitaron.” “Historia del mundo” de R.
Flenley y W.N. Weech, Editorial Iberia, pĂĄg. 292.
“La <<ruptura>> del Imperio Romano. Los inicios
de la Ă©poca bĂĄrbara… la invasiĂłn de los bĂĄrbaros: <<La civilizaciĂłn
romana no ha muerto de muerte natural. Ha sido asesinada>>… al este…
estaban los godos, divididos en ostrogodos y visigodos; en el centro y oeste,
los vĂĄndalos… burgundios… suevos, alamanes… y francos… al norte… se encontraban
los anglos… sajones y lombardos…” “Historia Universal”, Editorial Oceano, P.
264, 265.
“A partir del siglo II d.C. tribus bĂĄrbaras empezaron a
movilizarse en las fronteras del Imperio. Ya en el siglo IV constituyeron una
grave amenaza, pues el año 410 saquearon la ciudad de Roma… Y, por Ășltimo, el
año 476 el jefe germano Odoacro [de los HĂ©rulos] obligĂł al [Ășltimo] emperador
romano [de Occidente – RĂłmulo AugĂșstulo] a abdicar, hecho que marca el fin de
la Edad Antigua.” “Historia del Hombre” de Alcides Parejas Moreno, Editorial,
Don Bosco. pĂĄg. 120.
El Imperio Romano se quiebra en Occidente y Oriente
“Mientras el Imperio de Occidente caĂa ante el empuje de los
bĂĄrbaros el año 476, el de Oriente se mantuvo diez siglos mĂĄs.” “Historia del
Hombre” de Alcides Parejas Moreno, Editorial, Don Bosco. pĂĄg. 121. El Imperio
Romano de Oriente se llegĂł a conocer con el nombre de “Imperio Bizantino” o
“Imperio Romano Oriental Bizancio”.
“El imperio de Occidente se dividĂa en reinos bĂĄrbaros.
Desde el 476 ya no hubo emperador de Occidente y el de Oriente sĂłlo retenĂa, al
oeste, las islas italianas y ciertos fragmentos de la penĂnsula itĂĄlica…
Mientras la Iglesia de Occidente se atenĂa al papa de Roma, la de Oriente tenĂa
en Constantinopla su propio patriarca, y los usos de las Iglesias catĂłlicas de
Roma y Grecia fueron difiriendo tanto, que en 1054 sobrevino entre ambas un
cisma final y tajante.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley y W.
N. Weech – PĂĄgina 299, 302.
“Ăstos [los patriarcas de Roma Oriental], sucesores directos
de los emperadores romanos, eran autĂłcratas, jefes a la par de la Iglesia y el
Estado, y monarcas de pueblos de muchas lenguas y razas diseminadas en los tres
Continentes de Asia, Ăfrica y Europa.” “Historia del mundo” Editorial Iberia –
R. Flenley y W. N. Weech – PĂĄginas 303.
Un monarca es el “jefe de una monarquĂa”. Una monarquĂa es
un “gobierno en que el poder supremo reside en una sola persona”. Diccionario
de la lengua española / Veron, påg. 452.
La lucha por la supremacĂa de los obispos
Originalmente habĂa grupos de obispos o ancianos en cada
iglesia y congregaciĂłn cristiana y nadie ejercĂa autoridad sobre otro. Respecto
al desarrollo de la organizaciĂłn eclesiĂĄstica dice lo siguiente. Preste
atenciĂłn ademĂĄs a la uniĂłn entre la religiĂłn con la polĂtica.
“El obispo… A sus funciones puramente religiosas, añadiĂł
otras de carĂĄcter polĂtico administrativo, al deteriorarse el gobierno
municipal y regional romano… Con el tiempo, fue afirmĂĄndose la supremacĂa de
aquellos obispos que residĂan en la capital de las antiguas provincias –los
cuales recibieron el nombre de metropolitanos- y que ejercĂan una especie de
jefatura sobre las diferentes diĂłcesis de su entorno… el primitivo sistema de
elecciĂłn del obispo por la comunidad de fieles y presbĂteros fue sustituido por
el cuerpo electoral restringido y selecto señalado… En Oriente, por encima de
los metropolitanos se encontraban los titulares de sedes de singular
importancia por razones histĂłricas, religiosas o polĂticas: los patriarcas de
AntioquĂa, AlejandrĂa, JerusalĂ©n y Constantinopla.” “Historia Universal”, Editorial Oceano, P.
289, 290.
“Gradualmente, con… el reconocimiento imperial de la iglesia
en el siglo IV, fue surgiendo el obispo Ășnico a cargo de una diĂłcesis o grupo
de iglesias. Generalmente se trataba de alguien que encabezaba una ciudad o
iglesia urbana… TambiĂ©n surgieron obispos sobre obispos; es decir: papa,
patriarca, metropolitano y arzobispo… La estrecha relaciĂłn entre la iglesia y
el estado y el ascenso al poder en el Occidente de la sede de Roma, tuvieron un
efecto importante sobre el desarrollo del episcopado. Durante y después de los
tiempos medievales los obispos eran tanto señores temporales como espirituales.”
Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 793.
La lucha por la supremacĂa obispal
“DetrĂĄs de las controversias teolĂłgicas se escondĂan luchas
por establecer la supremacĂa entre los cuatro grandes patriarcados de Oriente
–AntioquĂa, AlejandrĂa, JerusalĂ©n y Constantinopla- y de Ă©stos respecto a
Roma[de Occidente].” “Historia Universal”, Editorial Oceano, P. 284.
“Al principio del siglo V, el cristianismo era la religiĂłn
oficial y admitida del Imperio romano, con una organizaciĂłn fundada, en
considerable parte, en la misma organizaciĂłn del Imperio. Las provincias
imperiales eran provincias eclesiĂĄsticas y las ciudades tenĂan sus obispos,
siendo los principales los de Roma, AlejandrĂa y AntioquĂa. Sobre los obispos
estaba el Concilio de la Iglesia y bajo ellos la jerarquĂa eclesiĂĄstica que se
habĂa elaborada gradualmente.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R.
Flenley y W. N. Weech – PĂĄgina 313.
La victoria del obispo de Roma y el origen del Papado
“El pontĂfice aparece cada vez mĂĄs como el jefe temporal de
Roma (que se convirtiĂł en centro de la Cristiandad)”. “Historia Universal”,
Editorial Oceano, P. 289.
Acerca de la historia de Roma dice el diccionario de
historia de la Iglesia lo siguiente: “Pero que la ciudad… se convirtiera en la
Roma Cristiana, no es sino reflejo de que su obispo era el Ășnico oficial de
alto rango que permanecĂa en ella, cuando primero el gobierno imperial fue
trasladado al norte [a Ravena], y luego en 476 oficialmente dejĂł de existir.”
Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 922.
“El Papado. El obispo de Roma, primitiva capital y centro
del Imperio, era sede que se suponĂa fundada por San Pedro mismo… La fundaciĂłn
de Constantinopla y la decadencia del Imperio occidental acrecieron su
importancia. Al trasladarse el asiento de la autoridad imperial a Ravena, el
obispo de Roma se convirtió en la primera autoridad romana y después en la de
toda Italia. Las invasiones bĂĄrbaras produjeron nuevas responsabilidades que
los obispos de Roma supieron afrontar magnĂficamente… Desde el 476 dejĂł de
haber emperador en Occidente y el Papado, como ya procede llamar al episcopado
de Roma, heredĂł mucha parte de la autoridad del emperador en Occidente,
añadiendo esto al gran poder espiritual que empezaba a ejercer sobre toda la
Iglesia de Oeste.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley y W. N.
Weech – PĂĄginas 313, 314.
Acerca del origen del Papado dice el diccionario lo
siguiente: “Roma no conociĂł un episcopado monĂĄrquico al menos hasta el siglo
II. En las persecuciones y conflictos doctrinales de los siglos II y III fue
creciendo la importancia de Roma, aunque su primacĂa estĂĄ lejos de ser
universalmente aceptada… El papel decisivo de LeĂłn I en el Concilio de
Calcedonia contribuyĂł a afirmar la autoridad doctrinal del obispo de Roma,
aunque tampoco aquĂ fue universalmente aceptado. Podemos resumir este perĂodo
afirmando que la sede romana fue adquiriendo, en la prĂĄctica, una centralidad
creciente, al menos en occidente, y como consecuencia se desarrollaron también
las afirmaciones teĂłricas acerca de la autoridad… de su obispo, a quien
denominaron el “papa”. Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson
/ pĂĄg. 822.
Constantinopla – la “Nueva Roma” del Oriente
“Cuando Constantino se convirtiĂł en emperador a principios
del siglo IV d.C., inmediatamente reconociĂł que Roma estaba demasiado dejos
para ocuparse de los problemas orientales del Imperio Romano… El 11 de mayo de
330 Constantino dedicĂł la “Nueva Roma” y llamĂł “Constantinopla” a su nueva
capital… el principio del Imperio Bizantino… Constantino fue responsable de una
nueva dimensiĂłn del trono imperial. Se consideraba el representante de Dios en
la tierra y otorgĂł un carĂĄcter sagrado a su poder soberano. Cuando hizo del
cristianismo la religiĂłn estatal del Imperio Romano, era muy lĂłgico que
asumiera un papel entre los obispos de la iglesia como su fuera uno de ellos…
AsĂ la iglesia y el estado comenzaron a trabajar en Constantinopla de manera
mĂĄs uniforme… Constantinopla comenzĂł a emerger como el segundo centro de poder
religioso, solo superado por Roma en importancia. El obispo de Constantinopla
comenzĂł a competir con el obispo de Roma en cuanto a la primacĂa dentro de la
iglesia cristiana… el oriente griego se consideraba igual al occidente latino…
los dirigentes eclesiĂĄsticos del oriente se sentĂan menos leales a la autoridad
del papado romano… La ciudad oriental era, ademĂĄs, griega y tendĂa por lo tanto
a separarse de Roma en lo concerniente a
asuntos eclesiĂĄsticos.” Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton
M. Nelson / pĂĄgs. 285, 286.
La Iglesia Ortodoxa Oriental
““Ortodoxa” viene de las palabras griegas que significan
“creencia correcta”. Incluidos en la iglesia estĂĄn los cuatro antiguos
patriarcados de Constantinopla, AlejandrĂa, AntioquĂa y JerusalĂ©n… El que
encabeza estas iglesias recibe el tĂtulo de “patriarca”… El patriarca de
Constantinopla es llamado Patriarca EcumĂ©nico o Universal… La segunda etapa
ocurriĂł en 1054 cuando el Cisma de Oriente hizo separaciĂłn entre la Iglesia
CatĂłlica Romana y la Iglesia Ortodoxa de Oriente… En 313 la perseguida iglesia
cristiana por primera vez fue tolerada segĂșn el Edicto de MilĂĄn, del emperador
Constantino. En 324 Ă©ste decidiĂł trasladar la capital del Imperio Romano al
lugar de la ciudad griega de Bizancio que asĂ fue llamada Constantinopla. La
Iglesia Oriental a veces se llama a sĂ misma “la Iglesia de los Siete
Concilios”. Estos concilios, realizados entre 325 y 787, clarificaron la
organizaciĂłn y las enseñanzas de la iglesia cristiana… Estos concilios
condenaron como herejĂas al arrianismo… Los concilios tambiĂ©n decidieron sobre
el orden de prioridad entre las cinco sedes patriarcales. A Roma le fue
concedida la primacĂa en cuanto a honor, a Constantinopla el segundo lugar y
despuĂ©s venĂan AlejandrĂa, AntioquĂa y JerusalĂ©n, en ese orden… En 1054 tuvo
lugar el Cisma de Oriente que marcĂł la separaciĂłn de la Iglesia Oriental en el
Oriente y la Iglesia de Roma en el Occidente… Dieron como causa de la misma,
temas de doctrina. Uno de Ă©stos era el asunto de las pretensiones papales. El
papa pretendĂa poder absoluto tanto en Oriente como en Occidente. Los griegos
estaban dispuestos a acordar honores al papa romano pero no la supremacĂa
universal. SostenĂan que los asuntos de fe tenĂan que ser finalmente decididos
por un concilio de los obispos de la iglesia y no por la autoridad papal.”
Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄgs. 552, 553.
Papas y Patriarcas
SegĂșn el diccionario Papa es “Jefe supremo de la Iglesia
CatĂłlica Romana. Antiguamente se aplicaba a todos los obispos cristianos; a
partir del siglo IX el tĂtulo se le ha dado exclusivamente al obispo de Roma.”
Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 822.
SegĂșn el diccionario Patriarca es el “TĂtulo usado desde el
siglo VI, especialmente en la Iglesia Oriental, para designar a los obispos de
las cinco sedes principales de la cristiandad: Roma, AlejandrĂa, AntioquĂa,
Constantinopla y Jerusalén. El patriarca es el jerarca mås alto en la Iglesia
Greco-Ortodoxa… Esta Iglesia no reconoce el gobierno monĂĄrquico (papal) de la
Iglesia CatĂłlica Romana. Considera al obispo de Roma como el “Patriarca del
Occidente” pero el papa rechaza este tĂtulo porque lo coloca al mismo nivel de
los demĂĄs patriarcas… Se le concede cierta preeminencia al Patriarca de Constantinopla,
por tanto lleva el tĂtulo de “Patriarca EcumĂ©nico”… El patriarca de
Constantinopla… ha sido considerado como sede suprema de la Iglesia Ortodoxa
Oriental.” Diccionario de historia de la Iglesia / Wilton M. Nelson / pĂĄg. 827,
828.
Los HĂ©rulos bajo Odoacro
“A partir del siglo II d.C. tribus bĂĄrbaras empezaron a
movilizarse en las fronteras del Imperio. Ya en el siglo IV constituyeron una
grave amenaza, pues el año 410 saquearon la ciudad de Roma… Y, por Ășltimo, el
año 476 el jefe germano Odoacro [de los HĂ©rulos] obligĂł al [Ășltimo] emperador
romano [RĂłmulo AugĂșstulo] a abdicar, hecho que marca el fin de la Edad
Antigua.” “Historia del Hombre” de Alcides Parejas Moreno, Editorial, Don
Bosco. pĂĄg. 120.
Los VĂĄndalos del Norte de Ăfrica
“Justiniano encargĂł al mejor de sus generales, Belisario,
que se embarcara con un ejĂ©rcito en Constantinopla rumbo al norte de Ăfrica
para destruir a los våndalos. Después de la crucial batalla de Tricamaro, los
vĂĄndalos “desaparecieron como la neblina” en el año 534, dice la Shorter
Cambridge Medieval History (Historia medieval abreviada de Cambridge) C. W.
Previté-Orton, 2 tomos, 1: 189.
Los Ostrogodos bajo Teodorico
ZĂ©non, emperador del Oriente y amigo del papa, anhelaba
echar a Odoacro de Italia. Teodorico habĂa asumido el trono del reino
ostrogodo. Como era amigo de ZenĂłn, Ă©ste le dio permiso para marchar contra
Odoacro y apoderarse de Italia. Después de cinco años de guerra, quedó
destruido el reino de los HĂ©rulos en Italia y Teodorico estableciĂł sus
ostrogodos en la penĂnsula itĂĄlica. Pero ya que era arriano, conservĂł la ley de
Odoacro, que sometĂa la elecciĂłn del papa a la aprobaciĂłn del rey.
Mientras que los catĂłlicos sentĂan en esta forma las
restricciones de un rey arriano en Italia, sufrĂan violenta persecuciĂłn de los
vĂĄndalos arrianos en Ăfrica. Elliott dice: “Los reyes vĂĄndalos no eran
solamente arrianos, sino tambiĂ©n perseguidores de los catĂłlicos… bajo el
episcopado romano, como en Ăfrica.” Eduardo B. Elliott, “Horae Apocalypticae”,
tomo 3, pĂĄg. 139, nota 3. Vea tambiĂ©n: Eduardo Gibbon, “The Decline and Fall of
the Roman Empire”, tomo 3, cap. 37, pĂĄgs. 548-552.
“Los vĂĄndalos se asentaron en Ăfrica. Los ostrogodos…
siguieron… camino de Italia. El año 488, su jefe, Teodorico, recibiĂł del
emperador ZenĂłn el encargo de reconquistar Italia de manos de Odoacro, otro
general bĂĄrbaro, que en el año 476 habĂa formalmente depuesto al emperador
occidental. Tras varios años de dura lucha, Teodorico venció a su rival,
matĂĄndole por su mano… Aunque, como todos los godos, habĂa sido convertido a la
herejĂa arriana, no perturbĂł el ejercicio de la fe ortodoxa [catĂłlica romana]
de sus sĂșbditos italianos.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley
y W. N. Weech – PĂĄginas 294.
“Al morir Teodorico en 526, el dominio ostrogodo en Italia
se derrumbĂł. Teodorico no dejĂł sucesor alguno; raza y religiĂłn separaban a los
ostrogodos de los italianos, y el nuevo emperador de Constantinopla,
Justiniano, estaba resuelto a imponer su autoridad directa sobre el Imperio de
Occidente. El resultado fue que el reino de los ostrogodos desapareciĂł… y con
Ă©l el nombre y la fama ostrogĂłtica.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R.
Flenley y W. N. Weech – PĂĄginas 294.
El emperador Justiniano del Imperio Romano de Oriente
Tal era la situaciĂłn cuando en 533 Justiniano comenzĂł sus
guerras contra los vĂĄndalos y los ostrogodos.
Justiniano tomĂł firme posiciĂłn por el papado y el
catolicismo romano y declarĂł oficialmente en 533 que el papa de Roma era la
“cabeza de todas las santas iglesias”. Su intenciĂłn y esfuerzo era convertir o
eliminar a toda oposiciĂłn de su declaraciĂłn.
El historiador Procopio e informante que participĂł de esas
campañas, nos revela en su libro Historia de las guerras que el verdadero
propĂłsito de Justiniano al iniciar estas guerras santas consistĂa en “proteger
a los cristianos”, es decir, a los catĂłlicos, de los arrianos. Procopio,
“History of the wars”, 3.10.19.
“El mayor esfuerzo contra la disoluciĂłn del Imperio de
Occidente lo efectuĂł Justiniano… habĂa un fuerte elemento romano en su infatigable
devociĂłn a su Imperio… le servĂan dos soldados tan capaces como Belisario y
NarsĂ©s… En el año 533, Belisario iniciĂł la lenta reconquista de Ăfrica de manos
de los våndalos. Italia, después, exigió mås dura lucha contra los ostrogodos
antes de recuperarla.” “Historia del mundo” Editorial Iberia – R. Flenley y W.
N. Weech – PĂĄginas 302.
En todas partes los catĂłlicos saludaban como libertadores a
los soldados del ejército de Belisario, general de Justiniano.
Otro libro de historia lo describe asĂ: “Justiniano… declarĂł
la guerra al reino vĂĄndalo [en el norte de Ăfrica]… Un ejĂ©rcito mandado por
Belisario… puso fin… al pueblo vĂĄndalo…Un ejĂ©rcito mandado por Belisario
derrotĂł a los ostrogodos y recuperĂł el dominio de Italia, a partir del 535.”
“Historia Universal”, Editorial Oceano, P. 274, 275.
En marzo de 538 Belisario derrotĂł a los ostrogodos
fĂĄcilmente que habĂan sido diezmados por las enfermedades. Este fue el acontecimiento militar decisivo
cuando, segĂșn dice el historiador Thomas Hodgkin en su libro Italy and Her
Invaders [Italia y sus invasores], los soldados catĂłlicos “cavaron la tumba de
la monarquĂa gĂłtica”. Segunda ediciĂłn, 8 tomos en 9 volĂșmenes, (Oxford,
Clarendon Press, 1885-1899) 4:250.
“Justiniano prosiguiĂł
la polĂtica de aproximaciĂłn a Roma iniciada por Justino y restaurĂł en su
plenitud el catolicismo… presentĂĄndose como defensor de la poblaciĂłn catĂłlica,
el ejĂ©rcito… mandado por Belisario, reconquistĂł el reino vĂĄndalo del norte de
Ăfrica y, posteriormente, la PenĂnsula ItĂĄlica controlada por los ostrogodos.”
“Historia Universal”, Editorial Oceano, P. 286.
Elliott resume asĂ el asunto: “PodrĂa citar tres miembros de
la lista dada al principio que fueron desarraigados de delante del papa, a
saber: los hĂ©rulos, bajo Odoacro, los vĂĄndalos, y los ostrogodos.” Eduardo B.
Elliott, “Horae Apocalypticae”, tomo 3, pĂĄg. 139, nota 1.
Los tres cuerno arrancados eran las potencias nombradas: los
hérulos, en 493, los våndalos en 534, y los ostrogodos finalmente en 553,
aunque la oposiciĂłn efectiva de esos Ășltimos al decreto de Justiniano cesĂł
cuando fueron arrojados de Roma por Belisario en 538. VĂ©ase “Student´s Gibbon”,
pĂĄgs. 309-319.
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